miércoles, 7 de agosto de 2013

BARBIE, KEN Y SUS AMIGOS


Es ridículo y algo risible la forma como nos codifican la cabeza con tantos juicios de valor, todo debe ser blanco o negro, es como si no pudiéramos pensar en opciones diferentes, alguien tiene la razón entonces alguien debe tener la culpa, siempre existe alguien bueno y alguien malo, nos enseñaron que todos los días debemos dar un paso a la perfección.

Es decir, esos cuentos de hadas, en donde existen buenos que lloran y sufren y dan todo por los necesitados y esos malos que se comen a la gente y se mueren quemados, son la forma en la que desde niños nos muestran los diferentes juicios de valor, entonces, tenemos los mismos valores de la Barbie y Ken, ¿se imagina? O bueno, podría ser peor, nuestra imagen de matrimonio estaría ligada al cuento de Blanca Nieves, la Bella Durmiente o Rapunzel, la princesa que vive encerrada, solo pensando en su pelo y finalmente queda eternamente agradecida con el príncipe que la salva del encierro, pero no olvidemos que el príncipe se enamora de su pelo.



Después somos tan descarados que preguntamos, ¿qué paso? ¿Es tan difícil no ser rubio?  ¿Realmente es un lío no vivir en un castillo? ¿Debo tener el pelo largo?  No sería más fácil que nos enseñaran que los actos tienen consecuencias, que el respeto existe y es necesario en cada una de las relaciones del ser humano, es decir, esa forma de crecer con miedo y esperando llegar a cumplir a la perfección cada uno de los ciclos sociales como: terminar el colegio, graduarse de la universidad, cursar un post-grado, casarse (con alguien debidamente puesto), tener hijos, comprar una finca y vivir ahí felices por siempre.



Yo creería que es mejor apostarle a tener respeto por el otro, a no tener lastima por nadie, dejar de ser tan insensibles y egoístas, cuidar el alma, mimar el cuerpo, mirar al otro como igual y respetar sus diferencias, equivocarse, no tener miedo de nada, tener creencias, tener metas y así vivir en esta realidad personalizada y divorciarse un poco de los cuentos de hadas, que a pesar de tener gran imaginación y algunas veces una gran animación, finalmente solo son eso, cuentos, probemos la realidad, esta termina siendo mejor que la ficción.